Como aficionado a los coches, probablemente hayas pasado un par de horas escudriñando en eBay o en los anuncios de Craigslist, en busca de hallazgos de granero o de coches viejos de garaje, en bastante mal estado como para conseguirlos a bajo precio, pero con un gran potencial para arreglar, restaurar o modificar. Todos lo hemos hecho. Todo el mundo tiene un gusto específico, un tipo de coche concreto que quiere. A algunos les gustan los «muscle cars» antiguos, como un Mustang o un Challenger, a otros les gusta hacer «hot rods», por lo que buscarían un viejo Ford o Plymouth. Pero a algunos les gustan los viejos coches europeos, como los Alfas y los BMW.
Recientemente he comenzado la restauración de mi sedán 328i de 1996. No lo encontré en un viejo granero ni nada parecido, sino que fue mi primer coche. Pero ahora que ya no es mi diario, se ha convertido en mi proyecto. Hay algo en trabajar en un coche del que no tienes que depender que se siente tan satisfactorio. Cuando trabajas en tu coche de diario, y te da problemas, puede llegar a ser una locura porque ponerlo en marcha es imprescindible. Pero cuando puedes darlo por terminado, alejarte del coche y trabajar en él el próximo fin de semana, te libera la mente para disfrutar del proceso.
Mi 328i va a ser una tarea monumental, una que nunca consideraría asumir en su totalidad si tuviera que conducirlo a diario. Si ese fuera el caso, me limitaría a arreglar lo menos posible para mantenerlo en funcionamiento porque ciertos proyectos requieren días y días de trabajo y nunca podría permitirme estar sin el coche durante tanto tiempo. Pero cuando puedo guardarlo por un día, cuando algo me da demasiados problemas, me permite volver a él con la mente fresca.
Pero la restauración de coches es una parte muy importante de ser un entusiasta de los coches. Por eso hay tantos programas de restauración en la televisión. Ya sabes, esos en los que un tipo con demasiados tatuajes ridículos y el pelo de punta dice que sólo tiene dos días para convertir un cubo de óxido en un coche de exposición y siempre lo consigue a falta de cinco segundos, gracias a un montaje inteligente y a semanas de trabajo real. Pero el hecho es que nos encantan esos programas porque esa gente hace lo que tanto deseamos.
Arreglar coches antiguos es algo tan gratificante, porque no sólo te hace retroceder en el tiempo a una época diferente del automovilismo, sino porque es tuyo. Prefiero conducir mi maltrecho E36 que un nuevo Lamborghini (ehh, en realidad quizás no) porque he puesto mi propio sudor y sangre en él. Pero los viejos BMW tienen una forma de hacer eso, más que otros coches. Hay algo en su forma de conducir. Sí, la dirección es telepática y el chasis está perfectamente equilibrado y todo en el coche es simple hasta el punto de ser elegante. Pero hay algo intangible en ellos. Es difícil de explicar, pero conducir un Bimmer antiguo hace que una parte de tu cerebro se sienta atraída, y es imposible identificar el motivo. Tiene mucho carácter.
La única compañía de coches que se me ocurre que tendría coches igual de gratificantes para restaurar sería Alfa Romeo. Los Alfas son muy parecidos a los BMW, en el sentido de que la razón por la que son tan deseables no es algo que se pueda encontrar en una hoja de especificaciones, sino en algún lugar profundo de tu corteza cerebral cuando los manejas.
Así que actualmente estoy en proceso de restauración de un BMW, en uno de los Bimmers antiguos menos deseables, y el único otro tipo de coche que me gustaría restaurar sería un Alfa. Si tuvieras que restaurar un coche antiguo, o si ya lo has hecho, ¿cuál sería?



