Con unas emisiones medias de CO2 de 124 gramos por kilómetro en el conjunto de vehículos de la flota entregada en Europa, el Grupo BMW logró reducir una vez más las emisiones de su flota el año pasado. En 2012, las emisiones de CO2 estaban casi 20 gramos por encima del valor actual, pero la evolución es aún más impresionante: desde 1995, las emisiones de CO2 de la flota de BMW en Europa se han reducido en más de un 40%.
Las emisiones actuales de la flota corresponden a una media de 4,6 litros de gasóleo o 5,6 litros de gasolina por cada 100 kilómetros. Para los próximos años, el Grupo BMW espera un nuevo descenso de los valores medios de consumo, lo que significa que las emisiones de CO2 seguirán bajando. Esto también es necesario. Al fin y al cabo, la UE ha fijado un objetivo de 100 gramos para el Grupo BMW hasta el año 2021. Para alcanzar este objetivo, no se puede obviar una mayor electrificación del parque automovilístico.
En los años 2014, 2015 y 2016 las emisiones de CO2 de la flota europea de BMW se redujeron en tres gramos por kilómetro. Si los muniqueses siguieran al mismo ritmo, las emisiones en 2021 seguirían siendo de 109 gramos por kilómetro, por lo que es obvio que BMW EfficientDynamics, BMW i y BMW iPerformance no deben cejar en los próximos años.
Sólo con una mayor ampliación de la oferta de híbridos enchufables y también de coches eléctricos, se podrán sortear las sanciones impuestas por la UE para reducir aún más todos los valores de consumo de los automóviles de conducción convencional. Vehículos como el MINI E y el BMW X3 puramente eléctrico, junto con la creciente flota de híbridos enchufables, harán que los modelos con propulsión eléctrica sean considerados por un número aún mayor de clientes.
El compromiso sostenido del Grupo BMW con la sostenibilidad desde hace mucho tiempo se refleja también en la reducción constante de las emisiones en la fabricación de vehículos. Las emisiones de CO2 por vehículo producido se han reducido en un 48,6% desde 2006. Una buena noticia para el medio ambiente es también el 35,4 por ciento menos de consumo de energía, un notable 31 por ciento menos de consumo de agua e incluso un 81,5 por ciento menos de residuos generados para su eliminación. Y así, por supuesto, la producción también contribuye a un coche más limpio.