En una carta enviada por los concesionarios chinos a BMW a principios de esta semana y revisada por The Wall Street Journal, los concesionarios presionaron a BMW para que estableciera objetivos de ventas más realistas, bajara los precios al por mayor y ampliara los períodos de gracia para el pago.
BMW fijó un objetivo de ventas de 500.000 en China este año, un aumento del 10% respecto a 2014, pero el nuevo objetivo se considera poco realista. «Es demasiado. Habíamos comprado demasiados coches el año pasado y muchos de ellos todavía están sentados en nuestras salas de exposición», dijo uno de los ejecutivos de los concesionarios chinos. Un portavoz de BMW en China dijo que la empresa evalúa constantemente la situación económica y del mercado. «Estamos en constante diálogo con nuestros concesionarios», dijo. BMW espera emitir un comunicado en el que se detallen los nuevos acuerdos comerciales con sus concesionarios chinos, añadió.
En enero, BMW acordó ofrecer unos 5.100 millones de yuanes (820 millones de dólares), en subsidios a sus concesionarios en China, pero los concesionarios han agotado en su mayoría esos subsidios para atraer nuevos clientes.
El mercado del automóvil en China ha crecido sólo un 1% en el primer trimestre, frente al crecimiento de dos dígitos del pasado.
Toyota y Audi, otros dos actores importantes en el mercado chino, se han enfrentado a dificultades similares. Audi también ha acordado pagar un paquete de unos 2.000 millones de yuanes en incentivos a sus concesionarios chinos, mientras que Toyota desembolsó 1.240 millones de yuanes en subvenciones.
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