BMW introdujo los frenos carbono-cerámicos con la actual generación del M6 en 2012. Los frenos fueron suministrados por Brembo, que abastece a una serie de marcas del sector del automóvil, desde el equipo de F1 de Mercedes hasta Pagani y Ferrari.
Después del M6, BMW ha equipado los frenos cerámicos de carbono en el M5, el M3 y el M4, y los clientes de estos coches a menudo se preguntan si los frenos merecen la pena.
Vistos por primera vez en la edición limitada del Mercedes CL55 AMG F1 en 2001, los frenos cerámicos de carbono no detienen el coche más rápido que los frenos de serie, pero a diferencia de éstos, no se recalientan. El sobrecalentamiento hace que la distancia de frenado aumente y esto es un gran problema para los que van a la pista, lo que hace que la cerámica sea ideal para ellos.
Eso no quiere decir que los frenos de serie de los coches M sean malos. Cuando condujimos el X6 M y el M2 en el Circuito de las Américas y en Laguna Seca, respectivamente, los coches no tenían frenos cerámicos de carbono, pero no tuvimos ningún problema de desvanecimiento de los frenos. Sin embargo, la cerámica sigue siendo mejor a la hora de evitar que el líquido de frenos, las pastillas y los discos se quemen y por eso BMW equipa todos sus coches en los centros de rendimiento de EE.UU. con ellos (si están disponibles como opción).
Por otra parte, los frenos cerámicos de carbono también ahorran peso, ya que reducen 19,4 kg en el M6 y 12,5 kg en el M3 y el M4. Y unos frenos más ligeros significan una menor masa no suspendida y, en consecuencia, una mejor aceleración y manejo. No hay que olvidar que, con la cerámica de carbono, tampoco tendrás que preocuparte por el polvo de los frenos o la corrosión de los discos.
Sin embargo, hay que pagar un precio muy alto por todos estos beneficios. Y lo decimos literalmente. En el M4, los frenos cerámicos de carbono cuestan 8.150 dólares y, como sólo se puede optar por las llantas más grandes, de 19 pulgadas, tendrás que destinar 1.200 dólares más a las llantas. Esto eleva el gasto total a 9.350 dólares, más de lo que te costaría comprar un E36 M3 en perfecto estado. Del mismo modo, la configuración de cerámica de carbono en el M5 le costará 10.550 dólares.
Además, una visita al taller para sustituir los frenos cerámicos será más cara que un viaje a Bangkok. Ahora se puede argumentar que la cerámica dura tanto como el coche, pero eso es sólo en condiciones normales de conducción. Los conductores habituales de circuitos te dirán que, aunque los cerámicos no se desgastan tan rápido como los frenos de serie, no son irrompibles.
Además, los chirridos pueden ser un pequeño problema, así como la falta de tacto del pedal a bajas velocidades y cuando los frenos están fríos (aunque creemos que el tacto de los frenos varía de un coche a otro).
Entonces, ¿debería comprarlos? Sólo si no te importa el coste. Al fin y al cabo, rinden más, duran más y tienen un aspecto increíble, especialmente con las llantas más grandes y las pinzas doradas características de BMW. Además, podrás presumir de que utilizas los mismos frenos que los coches de carreras.
