Últimamente, BMW ha hecho hincapié en el hecho de que los coches eléctricos no son tan ecológicos como mucha gente podría pensar. En la fabricación de un vehículo eléctrico intervienen muchas cosas que podrían considerarse perjudiciales, y eso es algo que todos los fabricantes de automóviles deben tener en cuenta. Por ejemplo, la extracción de los materiales de tierras raras que se utilizan en las baterías suele ser incluso más perjudicial para el medio ambiente que los coches de combustión interna. A finales del año pasado, BMW anunció que se abastecerá de todos los elementos necesarios para sus baterías de forma ética y que, en un futuro próximo, las baterías desarrolladas por BMW no necesitarán tierras raras en absoluto. Esta semana se ha dado otro paso en la dirección correcta.
BMW ha anunciado que será el primer fabricante de automóviles en adherirse a IRMA, la Iniciativa para la Garantía de Minería Responsable. El objetivo de esta asociación es transformar el sector minero industrial hacia prácticas más responsables, según IRMA. «La sostenibilidad es un aspecto importante de nuestra estrategia corporativa y somos plenamente conscientes de nuestra responsabilidad en las cadenas de valor de los minerales», dijo el Dr. Andreas Wendt, miembro del consejo de administración de BMW.
«Para el Grupo BMW y sus grupos de interés, es de suma importancia que se cumplan las normas medioambientales y sociales a lo largo de toda la cadena de valor. Las materias primas son la base de todo proceso de producción industrial y nuestra necesidad seguirá creciendo en consecuencia. Creemos que la IRMA, con su ambiciosa norma de certificación, contribuirá a aumentar la responsabilidad en las cadenas de valor mundiales y a mejorar el rendimiento medioambiental y social», añadió.
Con el reciente aumento de la demanda de diversos productos mineros por parte de la industria del automóvil, los responsables de la industria minera se ven desbordados. Al mismo tiempo, tienen que asegurarse de que nadie salga perjudicado en el proceso y eso es lo que defiende IRMA. La asociación ayuda a las organizaciones sin ánimo de lucro, a los sindicatos, a las comunidades locales y a las empresas a colaborar con la industria minera para ofrecer más transparencia en la cadena de suministro. Al mismo tiempo, IRMA mide las explotaciones mineras en una serie de ámbitos como la salud y la seguridad, los derechos humanos, el control de la contaminación y la recuperación de tierras, entre otros.



