Poco después de la aparición del nuevo M5 F90, BMW decidió que era el momento de lanzar el modelo de competición. Fue un movimiento bastante sorprendente para los entusiastas, no tanto por el hecho de que se lanzara el M5 de competición (se esperaba), sino más bien por el momento en que se produjo. BMW suele separar estos lanzamientos un par de meses, pero en este caso no fue así. ¿Qué novedades presenta el modelo Competition?
Los chicos de CarAdvice llevaron uno de estos coches a la pista para averiguarlo. Además, tenían a un representante de BMW en el asiento del copiloto para que les contara todo mientras lo conducían en la pista y debo decir que tampoco parecía muy cómodo. Tal vez fue un ángulo de cámara divertido, pero la mayor parte del tiempo parece que está luchando por mantener la compostura y tal vez no vomitar en un coche que se supone que es probado por varios periodistas.
En cuanto al coche, quizá ya sepas que el M5 de competición aporta unos 25 caballos de potencia adicionales, mientras que deja la cifra de par motor inalterada. Esto le permite alcanzar los 100 km/h desde parado un poco más rápido, en unos supuestos 3,3 segundos (0,1 segundos más rápido que el M5 original). Sin embargo, las pruebas independientes han demostrado que el coche es capaz de bajar de los 3 segundos en algunas ocasiones. No obstante, la mejora de potencia es sólo una pequeña fracción de lo que se ha cambiado.
El modelo de competición también tiene una suspensión diferente, con un muelle un 10% más alto tanto delante como detrás, nuevas juntas y casquillos, y todo ello crea un paquete completo que distingue al coche del modelo original. Por supuesto, todo esto tiene un precio y el M5 Competition es unos 30.000 dólares australianos más caro en Australia, lo que puede hacer que un par de personas se lo piensen dos veces, especialmente porque el coche de serie ya es increíblemente rápido.