Hace 110 años, cuando el mundo tenía una disposición totalmente diferente a la actual, algunas personas no sólo querían conducir, sino que querían volar. Uno de los pioneros en este campo fue nada menos que el fundador de Rolls-Royce, Charles Stewart Rolls.
De hecho, fue el primero en realizar una doble travesía sin escalas del Canal de la Mancha en avión, allá por 1910. Al hacerlo, inició una larga historia que se honra también hoy, siendo Rolls-Royce uno de los mejores fabricantes de motores en el ámbito aeronáutico.
Sin embargo, no fue nada fácil. Inicialmente, debía partir el 26 de mayo, pero tuvo que esperar una semana más, hasta el 2 de junio, para despegar, ya que diversos problemas impidieron a Rolls despegar, cuestiones que incluían una variedad de temas, desde el clima hasta problemas mecánicos.
A las 6:30 del 2 de junio finalmente despegó del aeródromo de Swingate con sus padres, su hermana y su cuñado como espectadores.
Según un informe del Daily Telegraph, Rolls alcanzó una altitud de 900 pies y una velocidad de «bastante cuarenta millas por hora» mientras se acercaba a la costa de Francia. A las 19.15 horas, ya sobrevolaba la pequeña ciudad francesa de Sangatte, de donde sale el actual túnel del Canal de la Mancha.
Al salir del avión, arrojó por la borda tres sobres con peso, cada uno de los cuales contenía el siguiente mensaje Saludos al Auto Club de Francia… Arrojados desde un avión Wright que cruzaba de Inglaterra a Francia. C. S. Rolls, junio de 1910. P.D. Vive l’Entente».
Luego dio la vuelta y volvió a Inglaterra, aterrizando en el mismo aeródromo unos 95 minutos más tarde, entrando en la posteridad. Rolls se había convertido en el primer inglés en cruzar el Canal de la Mancha con un avión y en el primer aviador que volaba sin escalas de Inglaterra a Francia y viceversa.
Su hazaña atrajo la atención de los medios de comunicación e incluso de la realeza. El rey Jorge V le envió un telegrama personal felicitándole por su valor.
Fascinado por los motores y el vuelo desde que nació, Rolls tenía grandes credenciales a su nombre. Llevaba más de 170 vuelos cuando murió trágicamente apenas un mes después de su récord, el 12 de julio de 1910, haciendo lo que le gustaba: volar. Durante una competición en Bournemouth, una pieza de cola se desprendió y su avión se precipitó al suelo desde una altura de 30 metros, estrellándose cerca de la abarrotada tribuna en una maraña de varas y lonas.
Fue la duodécima persona de la historia en morir en un accidente de vuelo, y el primer británico en perder la vida en un avión con motor. Le faltaban pocas semanas para cumplir 33 años.