El nuevo BMW Serie 7 llegará a los clientes este verano. Los alemanes han hecho su habitual lavado de cara y han sacado casi un coche nuevo, viendo cuántas cosas han cambiado y eso incluye muchos de los motores. Algunos de esos cambios eran necesarios debido a las nuevas normativas, mientras que otros sólo pretenden mantener la competitividad de la Serie 7. Sin embargo, mientras que la mayoría de los cambios se han anunciado, uno se ha deslizado bajo el radar.
Cuando se lanza un nuevo coche, solemos recibir una nota de prensa en la que se nos indican todos los cambios y un par de cosas más que el fabricante considera que debemos conocer. En el caso de la nueva Serie 7, la compañía mencionó un par de modelos que reciben nuevos motores como el M760Li que ahora tiene menos potencia o el nuevo 750i con el V8 refrescado del M850i. BMW también señaló que el 730d permanece básicamente sin cambios y lo mismo ocurre con el 750d. Sin embargo, no se mencionó el 740i en ninguna parte, aunque sí recibió un nuevo motor.

El nuevo 740i y sus variantes (distancia entre ejes larga y tracción total) reciben una nueva y más potente iteración del motor B58. Básicamente es el mismo motor del 540i, con un poco más de potencia que el anterior y la misma cantidad de par. Para ser más precisos, el nuevo 740i tiene 340 CV y 450 Nm de par. La antigua versión tenía 326 CV. En términos de rendimiento, sin embargo, nada cambia.
Los tiempos de sprint son los mismos, el 740i afirma un tiempo de 0 a 62 mph de 5,5 segundos, el 740Li hace el mismo sprint en 5,6 segundos mientras que el 740Li xDrive es el más rápido en 5,1 segundos. El consumo de combustible no ha cambiado, pero ahora puede presumir de tener más potencia que antes y de liberar menos toxinas a la atmósfera.



