El comprador típico de un Rolls Royce no es el tipo de cliente que valora el rendimiento sobre el confort, la velocidad sobre el silencio o la tecnología sobre el lujo. El comprador típico de un Rolls Royce quiere pasearse en un lujo sereno con un conductor pagado que conduzca, mientras se toma una copa de Krug Grande Cuvèe. Sin embargo, parece que hay un público más joven y más indulgente de clientes de Rolls Royce que quieren algo más deportivo, más atrevido y más emocionante. Para esos clientes, Rolls fabrica esto: el Rolls Royce Wraith Black Badge.
El tratamiento Black Badge se da al Wraith o al Ghost, pero es el Wraith el que aparece en el último episodio de Carfection.
Rodar por Londres a altas horas de la noche parece ser el escenario más cómodo del Wraith BB. Es un crucero de medianoche para el conjunto más joven y libertino. También lo parece, con su pintura negra, sus llantas negras, su interior bicolor negro e incluso un buen adorno negro del Espíritu del Éxtasis. El Wraith BB parece algo que conduciría Dorian Gray.
Este punto se destaca en el nuevo vídeo de Carfection, con referencias a los Bright Young Things, un grupo de jóvenes aristócratas extremadamente ricos de la Inglaterra de los años 20 que no hacían más que salir de fiesta, beber y, bueno, escandalizar. Alex Goy, el presentador de Carfection, nos cuenta la historia de los Bright Young Things, explicando que este es el tipo de coche que aspirarían a conducir.
Sin embargo, ser un mocoso rico y aristócrata no es el único requisito para querer un Rolls Royce Wraith Black Badge. El Wraith BB es también para el cliente de Rolls que quiere algo más deportivo, algo para conducir y no para ser conducido. Viene con una potencia extra, del orden de 624 CV y 642 lb-pie de par. Su caja de cambios de ocho velocidades con tecnología ZF y asistida por satélite también se ha ajustado para que sea más deportiva y agresiva, pero manteniendo la sofisticación que caracteriza a Rolls. Con todas estas mejoras, el Wraith BB puede pasar de 0 a 100 km/h en unos 4,5 segundos, lo cual es muy rápido para algo que pesa tanto como un portaaviones de tamaño medio.
El interior es impecable, como es típico en Rolls Royce. Cada material es de la más alta calidad, cada puntada es perfecta. Es difícil describir el nivel de perfección en el interior de un Rolls Royce, ya que está más allá de cualquier otra cosa en el mundo del automóvil, incluso Bentley y Mercedes-Maybach. Está a otro nivel. El tratamiento Black Badge aporta algunos materiales inusuales al habitáculo de un Rolls, como la fibra de carbono que sustituye a la típica madera, pero es igual de sofisticado e impresionante. Aunque está diseñado para atraer a un público más joven y llamativo, nunca parece infantil.
Al fin y al cabo, el Rolls Royce Wraith Black Badge es el Roller para el público que prefiere estar en el asiento del conductor que en el de atrás. Vayan o no a fiestas al estilo de Eyes Wide Shut, este es el Rolls para la gente joven, rica y excitante. No es para nada el típico cliente de Rolls.