El futuro de nuestra movilidad sin emisiones no sólo depende de que los fabricantes lancen vehículos eléctricos, sino también de la rapidez con que se recarguen. La limitada autonomía del BMW i3, por ejemplo, no sería un problema si la batería se recargara en tan sólo 5 minutos. En este sentido, BMW, junto con otros socios notables, está trabajando en FastCharge, un sistema de alta potencia que quiere ser adoptado por la industria como la opción estándar y que ofrece un tiempo de recarga de 15 minutos.
FastCharge dará respuesta a una de las cuestiones más urgentes sobre la electromovilidad. Ya en julio de 2016, las empresas industriales que participan en el proyecto de investigación comenzaron a estudiar los vehículos eléctricos con tiempos de recarga significativamente reducidos y la infraestructura asociada, y a construir los respectivos prototipos. Los participantes en el proyecto de tres años son Allego GmbH, el Grupo BMW como líder del consorcio, Phoenix Contact E-Mobility GmbH, así como el Dr. Ing. h.c. F. Porsche AG y Siemens AG.
El tiempo de carga de los vehículos eléctricos depende principalmente de la corriente y el voltaje: cuanto más alto sea el voltaje y el amperaje, más rápido se podrá llenar la batería. Sin embargo, en la vida real, estos factores no pueden aumentarse a voluntad. Por eso el proyecto FastCharge se centra en el estudio de los límites técnicos y físicos de todos los componentes y sistemas que intervienen en la carga, tanto en el vehículo como en la infraestructura.
La capacidad de carga prevista es de hasta 450 kilovatios, el triple de la capacidad máxima de carga disponible en las estaciones actualmente. Un voltaje de 900 voltios y una amplitud de 500 amperios para un tiempo de carga previsto de menos de 15 minutos plantean grandes retos a todos los componentes implicados. Por ello, está previsto enfriar los cables de carga, los enchufes y las tomas de corriente de los vehículos durante el proceso de carga, lo que permitirá utilizar cables más flexibles y de menor diámetro que puedan manejarse como las mangueras de combustible actuales.
Para esta solución, FastCharge aplica los enchufes y las normas del Sistema de Carga Combinada (CCS), que ya ha superado la prueba de funcionamiento diario en los actuales coches electrónicos de producción en serie. De este modo, los vehículos con menor demanda de corriente y voltaje también pueden ser atendidos fácilmente en las estaciones de carga rápida. Está previsto que, ya el año que viene, el sistema completo esté listo para alcanzar la fase de prototipo y ser presentado al público.




