Los avances realizados en el campo de los motores de combustión interna han dado un salto de calidad en los últimos años. Los fabricantes de coches y los tuneadores están sacando un gran rendimiento a estos coches. El BMW F90 M5 es un buen ejemplo. El motor, combinado con la caja de cambios ultrarrápida y fiable, y el sistema de tracción total M xDrive, lo convierten en un auténtico cohete terrestre, a pesar de su peso y sus cuatro plazas utilizables.
Hemos visto al M5 competir y ganar contra rivales inverosímiles. Los modelos M5 tuneados son aún más rápidos y el que aparece en el vídeo de abajo nos impresionó en varias ocasiones. Tiene más de 800 CV y compitió contra coches como un McLaren 720s, un Aventador SVJ y muchos otros. Esta vez, se enfrenta a un rival muy diferente, pero otro ejemplo de sus alucinantes prestaciones.
El Audi S8 tiene una larga tradición de engañar a la gente. Es la versión deportiva de la limusina A8 de Audi, y un coche que tiene verdaderos seguidores de culto, ya que ha aparecido en varias películas de acción a lo largo de los años. Sin embargo, el que vemos aquí ha sido puesto a punto y ahora tiene mucha más potencia que cuando salió de la fábrica de Ingolstadt.
El V8 biturbo de 4 litros se ha mejorado y ahora rinde más de 900 CV. Sin embargo, no tenemos una cifra clara y no puedo distinguir sus modificaciones.
Por lo que he podido deducir, ya que no hablo ruso, el Audi también tiene un sistema de inyección de metano y es un auténtico «sleeper». Además, consigue vencer al M5 en todas las pruebas, tanto en parado como en marcha, y muestra unas prestaciones increíbles para un coche tan grande y pesado.



