A principios de este año, en el Salón del Automóvil de Ginebra, Rolls-Royce presentó su nueva gama Black Badge. Los lujosos modelos Ghost y Wraith pretenden atraer a un público aún más exclusivo, y lo harán siendo un poco, digamos, poco ortodoxos.
El fabricante de automóviles de lujo británico está reinterpretando símbolos supuestamente intangibles en el pasado. Por ejemplo, la figura del Espíritu del Éxtasis situada en la parte superior de la enorme parrilla del Panteón del salpicadero se viste ahora de negro brillante en lugar del plateado al que nos tenía acostumbrados.
Otros elementos ennegrecidos son la insignia de la Doble R en el frontal, así como el contorno de la parrilla delantera, el embellecedor del maletero y los tubos de escape. En definitiva, la nueva gama se dirige supuestamente a clientes «arriesgados y disruptores que rompen las reglas y se ríen de lo convencional». Los nuevos modelos llegarán a los concesionarios este mes de julio, siendo Londres la primera parada.
«Londres es una ciudad joven, moderna y a veces vanguardista, lo que la convierte en el lugar perfecto para venir a ver la nueva serie Rolls-Royce Black Badge, que adopta un enfoque completamente diferente a cualquiera de sus antecesores», dijo Claus Andersen, director de marca de RR Motor Cars London.
Los clientes serán recibidos por personas altamente capacitadas que podrán explicar todos los detalles que hacen que los nuevos modelos destaquen en comparación con sus hermanos más… humildes. Una de las bazas que no es sólo visual será el renovado motor V12 de 6,6 litros del Wraith, que ahora tiene la misma potencia de 623 CV pero un poco más de par motor, con 870 Nm (642 lb-ft), un aumento de 70 Nm (52 lb-ft). Además, el Wraith contará con un sistema de suspensión neumática mejorado que ofrecerá una mayor calidad de conducción.
En cuanto al Ghost, su motor rendirá 603 CV y 620 lb-pie (840 Nm) de par en la versión Black Badge, un aumento de 40 CV y 60 Nm (44 lb-pie) en comparación con la versión estándar.