A medida que el BMW Serie 5 2017 entra en escena, los concesionarios de BMW se quejan de que la oferta es drásticamente superada por la demanda. Según Jeff Dyke, presidente de operaciones del mayor minorista de BMW del país, Sonic Automotive Inc, no hay suficiente producto para todos, con un suministro «muy, muy ligero».
Se supone que BMW no esperaba que las ventas del nuevo Serie 5 fueran tan buenas desde el principio. Según Automotive News, a finales del mes pasado sólo había 200 coches sin vender en los aparcamientos de los concesionarios de todo el país, una cifra bastante pequeña para un coche de gran volumen. Teniendo en cuenta que los nuevos modelos de la Serie 5 empezaron a llegar a los concesionarios de todo Estados Unidos a mediados de febrero, las cosas pintan bien por el momento.
«Así que es una especie escasa», dijo Ludwig Willisch, jefe de BMW Group Región América. «¿Realmente se esperaba que fuera tan bajo? No lo creo, pero es uno de los problemas más agradables de tener». Además, atendiendo a los números, los 15 concesionarios de Sonic tienen ahora, en total, unos 224 coches en sus lotes, lo que supone una oferta de 15 días como máximo.
Los números son alentadores, pero aún están lejos de las mejores cifras de ventas que la berlina media de Múnich registró en Estados Unidos. Ya en 2013, el Serie 5 estableció un récord que va a ser difícil de superar, con 56.863 unidades entregadas a sus propietarios, lo que convirtió al F10 5er en uno de los modelos más exitosos lanzados por los alemanes. Desde entonces, las ventas no han dejado de caer, algo comprensible sobre todo a medida que se acercaba el lanzamiento de la versión G30. El año pasado sólo se vendieron 32.408 coches, mientras se ultimaban los detalles para la presentación del modelo actual.
Sin embargo, BMW está aumentando la producción para, al menos, intentar mantener la demanda actual. Al mismo tiempo, la escasa oferta se mantiene a propósito por razones prácticas, como explica Tim Kraemer, presidente del Foro Nacional de Concesionarios de BMW: «Queremos asegurarnos de que todo el mundo vigila y controla el equilibrio correcto, y creo que lo hacen. No quieren que haya un exceso de oferta hasta el punto de tener que descontar o incentivar la venta».

