El CEO de BMW se mantiene fiel a los diésel conduciendo un 730d de 2016 como coche de empresa

Harald Krueger ha tenido un gran año hasta ahora. En mayo, tomó las riendas de BMW en sustitución de Norbert Reithofer, que puso fin a su mandato de nueve años como consejero delegado. En septiembre, en el Salón del Automóvil de Fráncfort, Krueger tenía que hacer su primera aparición pública como CEO y presentar los planes de futuro de la empresa con una serie de productos, entre ellos el nuevo Serie 7. Un desafortunado suceso ha truncado la rueda de prensa y el primer show and tell de Krueger no ha sido el esperado.

Todavía se está recuperando de este suceso y ahora se enfrentaba a otro problema: apagar un incendio provocado por Autobild. La revista alemana publicó un artículo que insinuaba que BMW podría haber fallado en algunas pruebas de emisiones. El dieselgate de VW ha llamado mucho la atención sobre los productos diésel de todos los fabricantes de automóviles premium y ha puesto en guardia a los bávaros. En una entrevista con un medio alemán, Krueger habló bastante sobre los motores diésel, su importancia para la industria y cómo BMW cumple con la normativa.

A Krueger también se le preguntó por la importancia del diésel para BMW. «Alrededor del 80% de los BMW que vendemos en Europa son diésel; en Alemania, representan el 73%; en Estados Unidos, sólo el 6%», dijo Krueger. Sin embargo, mucha gente cree que la industria automovilística debería alejarse del motor diésel. Sin embargo, Krueger no opina lo mismo, al menos por ahora. «Soy un gran fan de la electromovilidad. Pero en los próximos años no podremos prescindir del diésel, sobre todo cuando se trate de cumplir los objetivos de CO2. Las formas de propulsión alternativas, como la electromovilidad o el hidrógeno, aún no son capaces de cumplir todas las aplicaciones del motor diésel moderno».

Y para poner la boca donde está el dinero, Krueger conduce ahora -como coche de empresa- un BMW 730d de 2016. La unidad diésel que impulsa los modelos BMW 730d y BMW 730Ld es una unidad de 3,0 litros y tiene una potencia total de 265 CV. El par máximo es ahora de 620 Newton metros (457 lb-ft). El consumo de combustible y las emisiones son considerablemente menores que en el modelo anterior gracias a la reducción del peso, a la mejora de la termodinámica del sistema de turbocompresión con tecnología VNT y al nuevo sistema de inyección directa common-rail, cuyos inyectores piezoeléctricos generan ahora una presión máxima de 2.500 bares.

De 0 a 100 km/h, el 730d necesita sólo 5,8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 250 km/h. El consumo medio de combustible es de 5,2 – 4,8 litros a los 100 km.

Básicamente, grandes prestaciones y ahorro de combustible en un solo paquete.

Es probable que la controversia sobre el diésel continúe en el futuro, alimentada por más escándalos e incertidumbres, pero es estupendo ver que BMW mantiene su compromiso con lo que creemos que es un modo de transporte eficiente y ecológico.

Deja un comentario