Desde que el BMW M5 F90 salió al mercado, la gente se ha apresurado a competir con él, principalmente contra los modelos de Mercedes-AMG. Su principal rival, el E63 AMG, tiene ahora una verdadera competencia en las pistas de aceleración de todo el mundo. Hasta la aparición del modelo actual, el antiguo F10 M5 no podía mantener el ritmo desde parado debido a su diseño de tracción trasera. Eso ya no es un problema, con la versión F90, equipada con M xDrive.
La mayoría de los vídeos muestran al M5 victorioso sobre el E63 AMG. Eso también se aplica al modelo Competition y al E63 S AMG. Sin embargo, ¿cómo irían las cosas si, en lugar del coupé de tamaño medio, un C63 AMG se alineara en la línea de salida? ¿Podría tener alguna oportunidad contra el M5 Competition? Puede parecer una pregunta que nadie se hace, pero hay un par de argumentos a favor del coche más pequeño.
El C63 AMG es, por supuesto, más pequeño que su hermano. Eso significa que es más ligero y, al contrario que en el caso de BMW, ambos coches utilizan un V8 biturbo de 4 litros bajo el capó. Claro, en el C63 S AMG, como el que tenemos en el vídeo de abajo, tiene 510 CV en lugar de más de 600, pero estoy bastante seguro de que se puede conseguir esa cifra de potencia con una simple remodelación de la ECU. Dicho esto, ¿qué coche preferirías tener? ¿El Clase E o el Clase C?
En cuanto al vídeo que aparece a continuación, muestra a los dos coches enfrentándose en una pista privada, desde una salida rodante. Lo interesante es ver que los dos están más cerca de lo que cabría esperar, ya que el Merc lleva la delantera al principio. Naturalmente, a velocidades más altas, el par motor y la potencia superiores del M5 le dan ventaja, pero no obstante, se trata de coches muy rápidos.