El auge de los SUV podría suponer un problema para los trabajadores de BMW en Alemania

Seguramente te habrás dado cuenta de que los tradicionales superventas de BMW han perdido mucho terreno en los últimos tiempos en favor de todo tipo de alternativas de alta cilindrada. Desde los SUV hasta los crossover, la gente parece estar más interesada en cualquier cosa que no sea el sedán que hizo que los coches alemanes fueran tan deseables en primer lugar. Ahora mismo, la friolera del 44% de todas las ventas realizadas por BMW en todo el mundo se destina al rincón de los SUV y eso podría desencadenar algunas consecuencias realmente negativas para un buen número de personas.

Alemania es la mayor economía de la UE y depende bastante de su industria automovilística. 830.000 personas tienen puestos de trabajo en este sector y cada vez tienen menos trabajo, ya que la demanda de los coches que tradicionalmente se fabrican en Alemania está bajando. En cambio, con la gente comprando más SUVs que nunca, la producción está en auge en la planta de BMW en Spartanburg, Carolina del Sur.

Inicio de la producción de la serie 1 en Leipzig 7 830x467

Aunque la tendencia a recortar puestos de trabajo en las industrias en las que los robots toman el relevo no es nada nuevo, el hecho de que los coches eléctricos también lo hagan significa que el proceso está destinado a acelerarse. En un modelo tradicional, con un motor de combustión interna, habría que ensamblar más de 1.000 piezas para conseguir que su corazón lata, mientras que en un vehículo eléctrico esa cifra es significativamente menor. Lo que empeora aún más las cosas es que la ralentización de la demanda de coches fabricados en Alemania está provocando la contracción de la economía del país, siendo muy posible una recesión en un futuro próximo, con grandes implicaciones para toda la UE.

BMW no es la única empresa que se encuentra en una situación tan complicada en estos momentos. Otros fabricantes de automóviles alemanes han seguido una tendencia similar en los últimos años, manteniendo la producción de sus sedanes en casa y externalizando la producción de los SUV. Mercedes-Benz abrió una planta en Alabama en 1995 especializada en fabricar el GLE ahora mismo, mientras que Audi tiene plantas en México, Hungría y Eslovaquia, todas ellas centradas sobre todo en crossovers y SUVs también.

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Por suerte, los fabricantes se están dando cuenta de las tendencias y han empezado a tomar medidas para contrarrestarlas. BMW, Mercedes-Benz y el grupo Volkswagen están devolviendo parte de la producción de SUV a las plantas nacionales para compensar las disparidades.

Mercedes, por ejemplo, empezó a fabricar su crossover GLA en Sindelfingen el año pasado, mientras que el GLC se fabrica ahora también en Bremen. BMW trasladó parte de la producción del X1 a Baviera y VW fabrica el Tiguan en Wolfsburg.

Lo más probable es que en los próximos años veamos más de esto, pero la pregunta sigue siendo: ¿será suficiente?

[Vía: Bloomberg]

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