¿Rolls-Royce Cullinan vs. Mercedes-Maybach GLS 600?

Esta comparación puede ser vista como una blasfemia por algunos, pero no obstante, es algo que saldrá a la luz. Ante la aparición del nuevo Mercedes-Maybach GLS 600, ¿debe temer algo el Rolls-Royce Cullinan? El fabricante británico de alta gama de lujo Rolls-Royce tiene una rica historia que abarca más de 200 años. Maybach tiene sus raíces en los primeros años del siglo XX. Mientras que los británicos lograron sobrevivir como una sola marca durante todo ese tiempo (con algunos contratiempos a lo largo del mismo), Maybach no tuvo la misma suerte.

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Resucitada en 2002 como competidora de Rolls-Royce, la marca no impresionó demasiado. Sobre todo porque los Maybach 57, 62 y sus derivados no eran más que una Clase S de lujo sentada sobre la plataforma de la generación W140 de los años 90. En el otro lado del campo, el Phantom era un desarrollo brillante, exclusivo y refinado del nuevo constructor Rolls-Royce Motor Cars, que ahora estaba protegido bajo el paraguas de BMW.

Mientras que el Rolls-Royce siguió adelante, la historia del Maybach moderno se detuvo después de 2010, debido a las escasas ventas y al escaso reconocimiento de la marca. En la actualidad, los alemanes reinventaron su propuesta de gama alta y llegaron con otra receta que parece tener más éxito. Así nació la subdivisión Mercedes-Maybach. Después de la Clase S, la siguiente versión lógica y esperada era el GLS, que se estrenó recientemente en el Salón del Automóvil de Guangzhou, en China.

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Rolls-Royce ya cuenta con el Cullinan en el segmento de los vehículos de gran lujo, así que ahora el nuevo Mercedes-Maybach GLS 600 vino a remover las aguas. O no. Verá, los dos son básicamente coches radicalmente diferentes que atienden a clientelas radicalmente diferentes. El Cullinan, como su nombre indica, inspira dureza y solidez. Por otro lado, el GLS 600 se incorpora a la gama para mejorar las cifras de ventas del modelo de la Clase GLS.

Rolls-Royce siempre ha puesto el acento en la calidad más que en la cantidad. Todo lo que forma parte del nuevo Cullinan cuenta con una historia de exclusividad y lujo refinado. El Maybach GLS causa una buena impresión, con su opción de pintura exterior en dos tonos y la tapicería de cuero bicolor en algunas tonalidades llamativas, pero no consigue estar realmente a la altura del Cullinan.

Mientras que el modelo de Rolls-Royce es único en todos los aspectos, el Maybach GLS 600 no es más que un GLS extravagante. Los detalles de diseño son un poco brutos y desiguales, como la enorme parrilla que hace que los faros parezcan aún más pequeños de lo que son o el abuso del cromo en prácticamente cualquier adorno exterior, que no parece de muy buen gusto. El Cullinan, por el contrario, expresa una filosofía de estilo sutil y subrayada que le confiere un aura clásica y sitúa al Rolls-Royce de laterales altos en una clase propia.

Sin embargo, el Cullinan está propulsado por un motor V12, en la verdadera tradición de la marca británica, mientras que el Maybach GLS utiliza un propulsor V8, aunque la partícula 600 de su nombre diga otra cosa. Por no hablar del extraordinario habitáculo del Cullinan, que es una auténtica obra de arte, en comparación con el más mundano interior del GLS 600.

La segmentación del producto es crucial en el mundo de las marcas de lujo. Si se persiguen los volúmenes, se pierde la autenticidad. Por eso, el Rolls-Royce Cullinan no tiene rival en esta competición y se encuentra en una liga completamente alejada del Maybach GLS.

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