La división BMW i está proporcionando actualmente vehículos de apoyo para lo que muy bien podría convertirse en la Fórmula 1 del siglo XXI. La Fórmula E está ganando más y más tracción a medida que pasa el tiempo, aunque al principio pueda parecer imposible. BMW ha anunciado que entrará en la competición, marcando una especie de regreso a la vanguardia del automovilismo. Independientemente de que tenga éxito o no, una cosa seguirá siendo la misma: el BMW i8 seguirá siendo el Safety Car oficial de la sede, sea cual sea la próxima.
El BMW i8 utilizado como coche oficial de pista para la competición fue modificado para poder hacer frente a las exigencias del trabajo. En comparación con el modelo estándar, han cambiado bastantes cosas, desde las piezas aerodinámicas hasta la forma de recargar el coche. Bajo la carrocería de fibra de carbono del coche se esconde una placa que le permite cargarse de forma inalámbrica utilizando la tecnología de uno de los patrocinadores de la Fórmula E, Qualcomm.
Las ruedas, los neumáticos y los frenos también se han modificado para que el coche vaya aún más rápido, mientras que el maletero ha recibido un enorme alerón ajustable que aporta más carga aerodinámica, lo que puede resultar más que útil a altas velocidades. Por desgracia, no se han ofrecido cifras exactas sobre la potencia desarrollada por el tren motriz híbrido, pero esperamos que el Safety Car de la Fórmula E sea bastante más potente que el modelo estándar.
En cuanto al i3, aunque no se mencione aquí, el EV se está utilizando en la Fórmula E como coche médico, pudiendo intervenir siempre que sea necesario, para salvar potencialmente vidas, ya que está equipado con todo lo que necesitaría un equipo de rescate de emergencia. Afortunadamente, hasta ahora no ha sido necesario en caso de accidentes graves y, al entrar BMW en esta competición, esperamos que las cosas sigan así.