El BMW M5 Competition Package compite con el Mustang de 700 CV

Normalmente, el BMW M5 y el Ford Mustang compiten en segmentos diferentes y para clientes distintos, pero en una pista de carreras, todo vale, y no debería sorprender teniendo en cuenta lo populares que son los dos modelos. Y sin embargo, ¿qué podría pasar si hay más de 100 CV de diferencia entre ambos?

El BMW M5 que presentamos aquí está equipado con el Paquete de Competición, un completo kit que pretende hacerlo aún mejor en la carretera y, por supuesto, en la pista. El paquete especial aporta un pequeño aumento de potencia desde los 560 CV originales hasta los 575 CV, mientras que la cifra de par motor sigue siendo la misma, con 680 Nm (501 lb-ft), entregándose un poco antes y en un rango de RPM más largo. Otros cambios incluyen un diferencial trasero modificado que permite un deslizamiento más controlado y una mejor configuración de la suspensión, nada de lo cual resulta útil en la pista de carreras. En el vídeo también se afirma que el M5 lleva un ajuste Dinan bajo el capó, por lo que no está claro cuál es la potencia final.

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En el otro lado de la valla tenemos un Mustang GT500 muy modificado. Cuenta con un supercargador Whipple, escape Flowmaster, admisión de aire frío y neumáticos de arrastre. Los neumáticos son muy útiles en este caso, ya que se afirma que la potencia total del motor de Ford se acerca a los 700 CV, un poco más de 100 CV más de los que puede presumir el M5.

Sin embargo, hay una diferencia crucial entre los dos aquí, una que marcó la diferencia al final. Aunque el Mustang parece un claro favorito aquí, era un manual y mantener a raya los 700 CV en el eje trasero no es tan fácil como parece. Dicho esto, la caja de cambios DCT de 7 velocidades del M5 y su función Launch Control le permitieron seguir el ritmo del Mustang, un logro impresionante a todas luces.

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