Una de las cosas que BMW sigue señalando, en medio de todas las conversaciones sobre la electrificación, es el hecho de que la empresa se centra más en la rentabilidad que en el puro volumen de ventas. En este sentido, los alemanes siguen estando por delante de sus rivales de Mercedes-Benz, aunque la empresa de Stuttgart lo esté haciendo mejor en términos de ventas. Lo que más importa en Múnich es el beneficio que obtiene la empresa por cada vehículo vendido y parece que eso no va a cambiar pronto.
El director general del Grupo BMW, Harald Krueger, dijo en una entrevista reciente que, aunque los vehículos eléctricos no son tan rentables como los convencionales, la empresa que dirige seguirá centrándose en la rentabilidad en el futuro. Al parecer, el objetivo de la empresa es mantener una rentabilidad de entre el 8 y el 10 por ciento sobre las ventas en su división de automoción. «Nos mantenemos en nuestro objetivo del 8 al 10 por ciento y mantenemos este margen, incluso cuando la movilidad eléctrica se generalice», dijo Krueger a los periodistas en el Salón del Automóvil de Fráncfort. «Necesitamos alcanzar ese corredor para financiar nuestras inversiones en nuevas áreas como la digitalización», añadió.
El mayor reto será compensar el dinero invertido en investigación y desarrollo, ya que los coches eléctricos están todavía en su fase incipiente y la tecnología necesaria para hacerlos deseables es cara por el momento. Además, subir demasiado el precio los haría poco atractivos para el público al que deben dirigirse, por lo que equilibrar estos aspectos podría ser más complicado de lo esperado.
Otras empresas están haciendo lo mismo, buscando ahorrar algo de dinero en todas las áreas que puedan. Daimler, por ejemplo, ha anunciado recientemente que está tratando de compensar gastos por valor de casi 4.000 millones de euros en los años que quedan hasta 2025, para invertir este dinero en su nueva familia EQ de vehículos eléctricos.