Parece que el futuro eléctrico del que todo el mundo habla cambiará alguna marca en una medida que nadie vio venir. Un nuevo informe afirma que BMW está considerando convertir la marca MINI en una marca totalmente eléctrica, dirigida a los residentes urbanos que buscan una movilidad compacta y sin emisiones. El movimiento sería interesante, teniendo en cuenta que Daimler, empresa matriz de smart, ya está desarrollando planes similares para el fabricante de coches pequeños.
En su intento de convertir MINI en una marca totalmente eléctrica, BMW parece estar buscando socios que puedan ayudar en el proceso de electrificación. Uno de estos socios podría ser Toyota, ya que las dos compañías están involucradas en una empresa conjunta desde hace un par de años. Los primeros resultados de su trabajo llegarán el año que viene, en forma de BMW Z4 y Toyota Supra. Al mismo tiempo, se cree que BMW quiere obtener una valiosa ayuda de Toyota en el campo de los vehículos de pila de combustible, donde la experiencia japonesa puede ser muy útil.
El mayor problema para convertir a MINI en una marca exclusivamente de vehículos eléctricos es encontrar la manera de introducir las baterías y los motores eléctricos en las carrocerías compactas de los próximos modelos de MINI, que se supone que serán más pequeños, para hacer frente a los abarrotados centros urbanos de los próximos años. Aunque la tecnología ya permite a BMW montar MINIs eléctricos, el problema es la autonomía que tienen los coches, según Peter Schwartzenbauer, el presidente de la compañía.
Queda por ver si esto se hará realidad o no, pero desde nuestro punto de vista, parece una gran idea, siempre y cuando se sigan ofreciendo algunos modelos icónicos. Me refiero, por supuesto, a las versiones JCW, que utilizan uno de los motores de gasolina de 2 litros con mejor sonido del mercado actual. Su atractivo tiene mucho que ver con las unidades de combustión interna bajo el capó y sustituirlas por motores eléctricos les quitaría definitivamente mucho de su atractivo.