BMW ha anunciado recientemente que dejará de centrarse en el volumen de ventas y los beneficios para convertirse en el líder de su segmento en lo que respecta a la conducción autónoma y los vehículos eléctricos. Ambas cosas van de la mano, ya que la eliminación del motor convencional del coche ofrece muchas alternativas a los ingenieros y diseñadores. Con este fin, BMW ha anunciado esta semana que va a tener 40 vehículos autónomos de prueba de la Serie 7 en las carreteras públicas a finales de 2017.
En colaboración con sus socios, Intel y Mobileye, estos coches formarán una flota de 40 vehículos altamente automatizados y totalmente automatizados para finales de año. Las pruebas se llevarán a cabo en carreteras públicas y se centrarán en dos tipos principales de uso: la conducción sin tráfico en sentido contrario (autopistas) y la conducción en entornos urbanos. Las pruebas se llevarán a cabo principalmente en los países de origen de los tres socios, es decir, Estados Unidos, Israel y Alemania.
Al desarrollar estos prototipos avanzados del BMW Serie 7 en colaboración, los socios garantizarán el despliegue oportuno del primer vehículo de serie altamente automatizado del Grupo BMW (nivel 3): el BMW iNext, previsto para 2021. El BMW iNext es la primera incursión del Grupo BMW en la conducción altamente automatizada. Desde el punto de vista técnico, el BMW iNext también será capaz de funcionar en los niveles 4 y 5. Que esto sea posible en la práctica depende de una serie de factores externos, pero aún no es posible predecir cómo se desarrollarán.
Para que un vehículo autónomo se considere listo para el mercado, debe comportarse de forma segura y fiable en cualquier situación de conducción imaginable, además de funcionar de forma predecible para los demás usuarios de la carretera. Los cálculos teóricos han determinado que serían necesarios unos 240 millones de kilómetros de pruebas en carreteras públicas para ofrecer garantías en todas las situaciones. En la práctica, esto no es factible ni sensato.
De hecho, las pruebas más relevantes se refieren a un número mucho menor de situaciones críticas de conducción, no a la distancia total recorrida. En su lugar, la seguridad de los vehículos autónomos se lleva a cabo analizando las situaciones «base» que se han investigado en las pruebas del mundo real. A continuación, estas situaciones se extrapolan mediante una simulación estocástica para proporcionar una validación completa. Por ejemplo, en el futuro, BMW estará en condiciones de probar unos cinco millones de situaciones de conducción por simulación para cada versión de software en un espacio de tiempo muy breve.