El BMW M8 Competition ha llegado por fin a las capaces manos de Randy Pobst. Y, como es habitual, ha llevado el deportivo de gama alta a la pista de Willow Springs para ver cómo se comporta. No hace falta decir que las imágenes publicadas a continuación son un caramelo para la vista y que la información que proporciona Pobst es básicamente unilateral. Eso es porque sólo se va a centrar en el rendimiento del coche, no en el paquete completo.
Después de todo, estamos hablando del BMW más rápido jamás fabricado y el más rápido que se puede comprar hoy en día. Sus prestaciones y especificaciones son dignas de mención y, obviamente, la gente querrá saber cómo se comporta en un circuito. Según Randy, se podrían hacer algunas mejoras.
Pero, una vez más, sus sugerencias sólo tienen como objetivo hacer que el coche mejore en la pista. Hay más cosas en un M8 que sólo eso. Por ejemplo, Randy dice que el peso se puede sentir en las curvas y que una amortiguación mejor y más rígida podría resolver ese problema.
Aunque eso puede ser muy cierto, BMW tenía que crear un paquete que también pudiera considerarse «premium» en el día a día y que pudiera utilizarse sin que los ocupantes tuvieran que cambiar sus lomos de camino al trabajo cada día. Alcanzar una buena mezcla entre agudeza y confort no es algo fácil de hacer e incluso si consigues equilibrar los dos a la perfección, al llevar cualquiera de los dos lados al extremo, seguro que te quedas corto.
En cuanto al tiempo por vuelta, el BMW M8 Competition marcó 1:31,05. En palabras de un famoso personaje de la serie Chernobyl: Ni genial, ni terrible. En realidad, el M8 fue más lento en la pista de Willow Springs que el M6 Gran Coupe Competition, que dio una vuelta en 1:30,66 en manos de Randy. Sin embargo, fue más rápido que el Nissan GT-R, el Viper SRT-10 y el Alfa Romeo Giulia QV.