Rolls-Royce está ultimando los detalles de su próximo modelo Ghost. Tras 10 años de producción de la primera generación, la nueva versión saldrá a la luz el mes que viene. Para celebrar la ocasión y presentarnos las características que tendrá el coche, los responsables de relaciones públicas iniciaron una campaña de vídeos animados, para ponernos al día de todo. Ahora, ha llegado el momento de ver el último de la serie, en el que seguro que nos enteramos de cómo los británicos crean esa sensación de «serenidad» en el interior de sus coches.
Para la nueva generación del Ghost, Rolls-Royce se ha sentado con sus clientes y les ha preguntado por sus hábitos, gustos y disgustos, así como por lo que les hizo comprar un Ghost en primer lugar. Al parecer, la mayoría de ellos disfrutan de la conducción casi silenciosa del Ghost y del efecto envolvente que se produce en su interior. Por ello, al crear el nuevo Ghost, el equipo de especialistas en acústica de la marca se centró obsesivamente en esta complicada tarea de ingeniería.
Para lograr una sensación de absoluta serenidad, el equipo acústico comenzó por adaptar la arquitectura spaceframe de aluminio patentada por la marca, que en sí misma ofrece ventajas debido a la mayor impedancia acústica del metal en comparación con el acero y a su construcción de formas complejas en lugar de superficies planas y resonantes. Se eligió una sección de mamparo de doble pared para aislar el habitáculo del motor V12 de 6,75 litros y se crearon cavidades en el techo, el maletero y el suelo para rellenarlas con más de 100 kg de materiales absorbentes del sonido.
Además, se utilizaron ventanas de doble acristalamiento con una lámina central de material compuesto transparente, así como neumáticos forrados con espuma aislante acústica ligera. Una vez creado el escenario sonoro, se examinó obsesivamente cada componente para comprobar sus propiedades acústicas. Los que producían niveles inaceptables de ruido se descartaron y se rediseñaron por completo. Incluso el interior de los conductos de aire acondicionado se alisó para aislar mejor a los clientes de los ruidos molestos.
Sin embargo, tras las primeras pruebas, el equipo de acústica descubrió que la eliminación de todos los ruidos resultaba desorientadora. Su solución fue crear un «susurro», un tono suave que los clientes experimentaran como una nota única y sutil. Para lograrlo, había que ajustar cada componente a una frecuencia de resonancia específica. Esta tarea incluyó la creación de unidades de amortiguación sintonizadas acústicamente para los marcos de los asientos, así como un conjunto de puertos entre el habitáculo y el gran maletero de 500 litros para garantizar que la baja frecuencia que generaba fuera coherente con la «nota» del nuevo Ghost.
Los expertos de la marca bautizaron este proceso como la Fórmula de la Serenidad. Tras su creación, estos especialistas presentaron los avances acústicos que habían realizado, mostrando cómo estos notables desarrollos servirían a las demandas de los clientes del nuevo Ghost. Rolls-Royce ha decidido compartir elementos de estas sesiones informativas internas para demostrar la sustancia de ingeniería que sustenta la nueva generación.
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