Ya en 2011, ALPINA ganó el campeonato alemán de GT Masters con su -entonces- flamante ALPINA B6 GT3. Para celebrar esta victoria, el fabricante de automóviles decidió lanzar un coche homologado para la carretera que también llevaba el logotipo de GT3 en su maletero. Así es como nació el ALPINA B3 GT3, que cautivó a gente de todo el mundo con sus prestaciones.
Como suele ocurrir con los productos ALPINA, el coche no se construyó para competir con el M3. En su lugar, la empresa utilizó un modelo 335i para sacarle toda la potencia posible y, al mismo tiempo, mejorar sus reflejos en la pista. Así es como el motor N54 que se encuentra bajo el capó fue llevado a 408 CV y 540 Nm (400 lb-ft) de par motor. Gracias a este nuevo nivel de potencia, el B3 GT3 podía acelerar hasta los 100 km/h en sólo 4,5 segundos desde parado.
Sin embargo, también se pretendía que fuera bastante ágil en la pista, no sólo en línea recta, y por eso se instaló un alerón de fibra de carbono en el maletero, se añadió un nuevo sistema de escape y se mejoró la configuración de los frenos y la suspensión. De hecho, en el ALPINA B3 GT3 no sólo se puede modificar la altura de la carrocería y los ajustes de los muelles y los amortiguadores, sino que incluso se pueden cambiar los ángulos de inclinación.
Así que, con todos estos cambios realizados en lo que sigue siendo un 335i después de todo, ¿puede el B3 GT3 seguir el ritmo de un Nissan GT-R en la pista de aceleración? Es un hecho conocido que el GT-R se siente como en casa en la pista. El fabricante japonés se ha asegurado de convertir este superdeportivo en un monstruo, gracias a su sistema inteligente de tracción total y a su increíble potencia. Con un tiempo de sprint hasta los 100 km/h (62 mph) de sólo 2,8 segundos, pocos coches del planeta pueden hacerle frente. Veamos qué ha conseguido el ALPINA.