Cada vez que llega, el invierno es una prueba para los conductores. No sólo porque hay que ajustar el estilo de conducción con más cuidado, sino también porque hay que preparar a fondo el coche para que esté en buena forma para la temporada de frío. El invierno puede ser divertido al volante, pero sin duda hay que cuidar algunos aspectos cruciales para sacarle el máximo partido. Hay algunas cosas importantes a las que debes prestar atención si quieres garantizar una conducción segura y agradable en todo momento.
Los neumáticos de invierno son imprescindibles
En primer lugar, los neumáticos de invierno son el aspecto más importante para garantizar una conducción segura. La goma de invierno es la elección perfecta para la temporada de frío, ya que está perfectamente adaptada para mejorar la seguridad y la eficacia de la frenada en condiciones climáticas extremas. En primer lugar, el compuesto del neumático es diferente al de los neumáticos de verano, siendo más blando en cuanto a elasticidad para garantizar un mejor agarre sobre la nieve y el hielo. Además, los canales del neumático y el patrón general son muy diferentes en un neumático de invierno en comparación con un neumático de verano, ya que atienden a diferentes necesidades.
Mientras que en la estación cálida y templada, la adherencia de la rueda apenas supone un problema, en las superficies invernales que combinan agua, nieve y hielo, la tracción se ve comprometida, por lo que se necesita un dibujo de rueda diferente. Un diseño radial más intrincado con canales más profundos es la solución necesaria para tener una óptima adherencia a la vía, así como un mejor rendimiento de frenado.
Además, el compuesto de goma es más blando que en los neumáticos de verano, lo que evita que se congelen y se conviertan en plástico. La profundidad de los canales de los neumáticos también es crucial y, en muchos países, es obligatorio circular con neumáticos de invierno adecuados que no estén por debajo del límite mínimo de profundidad de los canales.
Estilo de conducción en invierno
Pero los neumáticos de invierno no son la única solución para combatir la nieve y el hielo en las carreteras. El conductor también debe ajustar su estilo de conducción en función de las condiciones exteriores. No puede confiar únicamente en los neumáticos de invierno para salvarse de una situación extrema. Puede intentar conducir al límite de sus habilidades durante el invierno como en verano, pero se encontrará con situaciones en las que simplemente el coche no podrá frenar dentro de una distancia segura y cómoda.
Por muy repleto de tecnología que esté un coche, el invierno siempre te mostrará que los coches pueden tener capacidades muy limitadas. Frenar con fuerza en una superficie nevada y helada hará que tu coche se deslice mucho más de lo deseado y esperado. El sistema antibloqueo de frenos, o ABS como es más conocido, tiene algunas deficiencias y capacidades limitadas en carreteras nevadas. Por lo tanto, es necesario cuidar la velocidad y adoptar un estilo de conducción anticipatorio.
Añadir cadenas a los neumáticos
Para mejorar aún más la tracción, las cadenas son una solución, aunque limitada. Deben instalarse sólo en el eje motor de la parte trasera o según las especificaciones del fabricante en los vehículos AWD, por ejemplo. Deben instalarse cuidadosamente en los neumáticos utilizando guantes especiales y sólo deben utilizarse en superficies nevadas o mixtas. Circular con cadenas en carreteras mojadas puede dañar tanto los neumáticos como tu coche.
No te olvides del anticongelante
Revisar el anticongelante y poner el climatizador en modo automático también es imprescindible en invierno. Garantizar un nivel óptimo de líquido anticongelante en el motor ayuda a que éste funcione correctamente a bajas temperaturas y evita que se congele durante la noche y se produzcan más daños. Un clima cálido y confortable en el habitáculo de su BMW también es deseable en la temporada de invierno, ya que también le ayuda a evitar el congelamiento de las ventanas.
Asientos y volante calefactados
Los modelos BMW pueden estar equipados opcionalmente con dispositivos de precalentamiento del motor, que pueden ayudar a calentar el motor y preacondicionar el interior antes de arrancar en una mañana fría. Dependiendo del modelo, estos sistemas pueden variar de precio, pero siguen siendo a partir de unos considerables 1.650 euros (1.841 dólares estadounidenses) en un BMW X5 en Alemania, por ejemplo.
Además, BMW ofrece la posibilidad de elegir un sistema de climatización automática independiente para las 4 plazas por el precio extra de 700 euros (781 dólares estadounidenses). También puede elegir los asientos traseros calefactados por 700 euros adicionales y el ya muy popular y cómodo volante calefactado por un precio extra de 250 euros (280 dólares estadounidenses).
No hay que renunciar a los feos diseños de las ruedas
Además, su propio BMW puede tener un aspecto tan bonito en invierno como en verano con la ayuda de los accesorios originales de invierno, como los distintos diseños de llantas especialmente diseñados para los neumáticos de invierno y los sistemas de transporte en el techo. Las llantas han sido desarrolladas específicamente para la temporada de invierno, presentando una mayor resistencia y adecuación a las bajas temperaturas.
Además, se adaptan tanto a los modelos M Sport como a los que no lo son, y van desde las 17 pulgadas hasta las 20 pulgadas de diámetro. De gran impacto visual son los modelos de llantas con acabado en negro mate, como la opción 796M de 18 pulgadas para la gama de la Serie 3 (G20/G21), las llantas 748M de 20 pulgadas para el X5 (G05) o el modelo 786M de 19 pulgadas para la Serie 8 (G14/G15/G16).
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