La gran demanda del BMW i3 está impulsando la producción de fibra de carbono en la planta de Moses Lake. Con más de 10.000 pedidos en firme, el BMW i3 ya se perfila como un gran éxito para el fabricante de automóviles con sede en Múnich. Según los informes, para mantener el ritmo de la demanda de fibra de carbono, la planta estadounidense está duplicando su producción.
En Moses Lake, las fibras de carbono se producen en un proceso de alto consumo energético, a partir del cual se pueden construir las piezas de plástico reforzado con fibra de carbono en un proceso iterativo. La planta es una empresa conjunta de BMW y SGL Group.
Para el Grupo BMW, el carbono es el material elegido para compensar el gran peso de la batería de alto voltaje de los coches eléctricos e híbridos. Así que, en última instancia, se espera que el uso de este costoso material ligero se aplique a mayor escala, incluido un futuro supercoche.
Las fibras de carbono producidas en Moses Lake se procesan en las instalaciones de Wackersdorf y Landshut. Wackersdorf suministra tejidos hechos con fibras de carbono, que luego se procesan en la planta de BMW en Landshut para fabricar componentes ligeros de la carrocería de CFRP para el BMW i3 y el BMW i8.
Un jefe de proyecto del BMW i3 confirmó en la entrevista para Bimmertoday que este material ligero se utilizará muy pronto en muchas otras series de modelos.
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