Este fin de semana, Maxime Martin consiguió una victoria para BMW en el circuito de Norisring, en Alemania, tras una pausa de más de 25 años. Sin embargo, como todo el mundo esperaba, la carrera estuvo llena de desafíos, viejas rivalidades y giros inesperados. Pero el que se llevó la palma fue el de Mattias Ekström, de Audi, y nos demostró una vez más por qué nos gusta tanto el DTM.
Para BMW, la victoria fue el colofón adecuado a un fin de semana histórico en Norisring. BMW se impuso en Nuremberg por primera vez desde 1992 y, como ya ocurría entonces, en las dos carreras. Marco Wittmann, Augusto Farfus, Tom Blomqvist y Timo Glock terminaron quinto, séptimo, noveno y décimo para completar un buen resultado de equipo, con cinco BMW M4 DTM entre los diez primeros el domingo. Spengler llegó a casa duodécimo, habiendo estado en la lucha por el podio durante largos periodos de la carrera.

La estrategia, y el rápido trabajo realizado por el equipo BMW RBM, permitió a Martin, que entró en boxes después de la séptima vuelta, escalar posiciones y unirse a la batalla por el liderato. El coche de seguridad entró en acción después de 25 vueltas, tras una colisión entre el piloto de Mercedes Robert Wickens y René Rast de Audi. Martin y Spengler se colocaron en primera y segunda posición tras la reanudación. Sin embargo, el contacto con otro coche que aún no había hecho su parada hizo que el coche de Spengler sufriera un pinchazo. Poco después, la carrera se suspendió tras un accidente en el que se vieron involucrados Gary Paffett, de Mercedes, y Mike Rockenfeller, de Audi.
Tras una interrupción de alrededor de media hora, los coches volvieron a la pista para los 25 minutos restantes. Maxime Martin lideró en la reanudación, con Wittmann tercero tras haber escalado varios puestos tras la fase del coche de seguridad. En la emocionante segunda mitad de la carrera, Martin mantuvo a raya a Auer en la lucha por el liderato. El belga consiguió la segunda victoria del fin de semana para BMW. Wittmann llegó a casa quinto, a sólo 0,027 segundos del tercer clasificado, Edoardo Mortara de Mercedes, tras un final dramático en el que tres coches cruzaron la línea de meta a milímetros de distancia. Sin embargo, las batallas fueron absolutamente locas, como vas a ver.
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