Mansory es una de esas casas de tuning que sólo se ocupa de los coches más caros y extravagantes. Su especialidad son los G-Wagens, pero no escatiman en mejorar también los Bentley, junto con los Lamborghinis y otras marcas para los más ricos. Ahora que el nuevo Rolls-Royce Phantom se está entregando en todo el mundo, el tuneador ha decidido darle un cambio de imagen, y quizás algo más de potencia.
No es que nadie haya dicho: «Oye, ¿sabes qué le vendría bien a este Rolls-Royce Phantom? Un poco más de potencia», pero se les ocurrió hacerlo de todos modos. El motor V12 de 6,75 litros que hay bajo el capó es bastante potente en su versión estándar, con 563 CV y 663 lb-pie de par, pero en la versión Mansory es capaz de producir 602 CV y 950 Nm (700 lb-pie). Esto es sólo para que el indicador de reserva de potencia en el salpicadero nunca acabe casi a cero (de todos modos no lo hace, ya que es un truco de marketing utilizado por Rolls-Royce desde hace tiempo).
De todos modos, cualquier Phantom de Mansory se distingue fácilmente en la carretera por su extravagante diseño exterior. Su tratamiento aporta llantas aún más grandes, faldones laterales, un nuevo faldón delantero y una rejilla de extensión para el parachoques. También recibe un alerón y un llamativo sistema de escape. En el interior del habitáculo se hace notar el habitual cuero acolchado, algo característico de la marca Mansory.
El caso es que, mientras que otras marcas no podrían meter todos estos acabados en el habitáculo de su coche, eso no es un problema en Rolls-Royce. Su programa Bespoke básicamente te permite configurar el interior de tu Phantom como quieras. Si quiere utilizar el árbol que plantó en el patio hace 20 años para decorar su salpicadero, se puede hacer y si quiere cuero acolchado no es un problema, siempre que esté dispuesto a pagarlo. Por lo tanto, ir a Mansory podría funcionar si quieres que el exterior de tu coche destaque, pero no necesariamente el interior. No obstante, es una oferta interesante para los más ricos.




