Desde el escándalo del diésel de Volkswagen, en el que el gigante automovilístico alemán instaló dispositivos tramposos en muchos de sus coches con motor diésel que les permitían producir hasta un 40% más de óxido de nitrógeno de lo permitido. Desde el escándalo de Volkswagen, la EPA de EE.UU., entre otras agencias gubernamentales, ha investigado aún más a Volkswagen, así como a otros fabricantes de motores diésel. En Alemania, ahora hay una investigación abierta sobre 23 marcas diferentes, incluyendo BMW, Mercedes, Land Rover y Ford, para ver quién ha estado haciendo trampas en sus motores diesel.
El pasado miércoles, el organismo regulador Kraftfahrt-Bundesamt (KBA) mencionó que, aunque la investigación se inició a raíz del escándalo de Volkswagen, también había «indicios verificados de terceros sobre emisiones contaminantes inusuales» en los vehículos de otras marcas. Se están llevando a cabo nuevas pruebas en tiempo real en todo tipo de vehículos y se han encontrado algunas discrepancias en las emisiones de muchos coches, aunque la KBA todavía no ha nombrado en qué modelos se han encontrado estas discrepancias.
Se han encontrado más de 11 millones de vehículos Volkswagen, en todas sus marcas, con este llamado «defeat-device» para engañar en sus emisiones. Sin embargo, ninguna agencia ha sido capaz de demostrar que haya habido «trampas» en ningún otro fabricante de automóviles.
BMW se ha mostrado muy abierto sobre sus vehículos diésel, afirmando que no ha habido trampas de ningún tipo. BMW también se ha mostrado muy cooperativa con todas las agencias gubernamentales que han investigado sus vehículos. La marca bávara ha superado con éxito todas las pruebas recientes, incluso las nuevas pruebas de conducción en tiempo real que han afectado a Volkswagen. Es muy posible que no se encuentre ningún problema en ningún vehículo de BMW, aunque el foco de atención puesto en la marca podría no ser lo que el jefe de los bávaros está buscando.
Fuente: TheWeek

